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ISBN 978-956-416-841-8

Como los trenes al sur

Autor:Gajardo Ríos, Valentín Antonio
Editorial:Gajardo Ríos, Valentín Antonio
Materia:Novelística chilena
Clasificación:Ficción y temas afines
Público objetivo:General
Publicado:2024-02-01
Número de edición:1
Número de páginas:241
Tamaño:14x21cm.
Precio:$10.000
Encuadernación:Tapa blanda o rústica
Soporte:Impreso
Idioma:Español

Reseña

¿S

uelen los personajes escapar de las letras para encontrarse ellos mismos reflejados en su propia realidad?
¿Qué somos si no el fruto de una imaginación que nos modela, nos guía y nos hace actuar cual personajes en un acto previamente pensado?
¿Adónde va el mundo que antes nos rodeaba y el presente que teníamos hace un momento atrás?
Esta vida no es más que el reflejo y el producto de una mente superior que ha pensado para nosotros un papel y la trama que como personajes debemos actuar.

Así este autor pensaba allá a fines de los años setenta. No obstante haber creado un mundo pensado para los personajes de mi novela, donde estos se desenvuelven y se revelan ante la imaginación del ente que los creó, reclaman sus derechos y su libertad, buscan escapar a la realidad para verse ellos mismos reflejados en unas letras que les dan vida. No se conforman con el marco de encierro que les limita las acciones manteniéndoles confinados a hacer y decir lo que otra mente les dicta.
Dos mundos paralelos se relatan en esta obra, con los mismos personajes en distintas épocas, que después de haber permanecido ocultos en el interior de un libro, cobran vida propia y saltan a una realidad también pensada. En ella se conocen como si fueran seres que provienen de otra dimensión, sin embargo, el destino incierto una vez más les asienta en la imaginación del autor sin permitirles escapar debiendo permanecer en su rol de seres creados con un sólo propósito, desarrollar la trama de una novela.


Es paradójico, pero, como justificación de estos hechos, después de más de cuarenta años, cuando los ocultos borradores ya desteñían sus desgastadas líneas, he decidido rescatarlos de esa recluida realidad para que ellos salgan al mundo y sean vistos por un medio que, aunque superior a ellos, es también la imaginación de un ser Todopoderoso.
El encuentro de los tiempos hace que los personajes se desdoblen, se muevan en un ambiente simple detallado con sencillas palabras. Cada paso, cada gesto y todo hecho fueron pensados tratando de reflejar una historia, donde se conjugan pasajes y personajes, extraídos en parte de la imaginación y la propia realidad del autor que en ese entonces se movía en el espacio que les dio a sus personajes, ubicándolos para que estos desarrollen su obra.
“Como los Trenes al Sur”, es una novela que nunca pretendió exhibir grandes horizontes ni extremados episodios, sino más que el enlace de épocas y pensamientos, percepciones que el mundo me daba en mi temprana juventud. He ahí entonces por qué los personajes de ella se revelan ante su autor exigiendo más acción, la incorporación de otros elementos, que podrían estar al alcance para manejarlos. No obstante, ante los detalles he preferido dar especial importancia a las razones que mueven a los seres como una aserción fiel de su propia realidad.
¿En qué lugar de la existencia, o en que punto de la imaginación nos encontramos hoy? ¿Cuál es la importancia del mundo que nos rodea? Mientras yo estoy aquí no sé qué ocurre lejos de mí, ni tampoco puedo asegurar que allá afuera hay un mundo real, mientras no me toque no estoy en él, cuando me integro existe, luego desaparece, es sólo recuerdo. En cada paso y en cada instante nos adentramos en una nueva realidad, en cuanto el Creador tenga imaginación para mí existiré, pero en la medida que éste se canse de mi personaje habrá de extinguirme, desconozco la forma, más sé qué ocurrirá. Porqué hay otros que como yo son igualmente seres pasajeros, habrán de leer mi obra; mientras ella permanezca yo prolongaré mis días a través del tiempo, con ella justifico mi pasar por la vida y ante todo dejaré estampado en letras los personajes que una vez hice vivos en la imaginación, sintiéndome con voluntad, ellos han cobrado su espacio en su propia naturaleza para concluir que, como toda lógica, trascenderán al autor, éstos se extenderán a través de otras mentes que les darán forma y adornarán sus espacios, los juzgarán al punto de aceptarlos o bien los recriminarán por su comportamiento. Cuando esto ocurra estarán sin embargo evaluando a su criterio el comportamiento de ellos, por tanto, no cabe duda de que así habrán juzgado la obra de quien los creó, siendo éste el único responsable de sus actos.
En conclusión, puedo decir que me siento satisfecho, pues he hecho cuanto mejor he podido, ¿qué justificación tendría anticiparme a los acontecimientos o tratar de prevenir las distintas opiniones? que con toda validez existirán, no obstante, cualquier cambio haría que mis personajes dejaran de ser quienes son y se transformarían en algo que ya no fueron, toda vez que nacieron para ser en esencia como son , con sus virtudes y defectos naturales, con aciertos y desventuras que le fueron dadas y que les obligaron a proceder, guiados por la imaginación de quien los creó como único responsable, por haberlos emplazado en lugares y situaciones que ellos no escogieron.
Es el precio que todo autor debe pagar, por lo tanto, asumo la culpa excusando así a mis personajes, los que limitados a mi voluntad tienen la misión de prolongar esta obra en el tiempo, como un recuerdo mío a los que la acepten, y por otra parte como herencia para quienes más quiero en esta incierta vida.

Nota del Autor: Tal como antes lo mencioné, está es una novela que fue creada por un autor que contaba a su haber sólo 20 años de edad por aquel entonces. Debido a ello creo es necesario hacer la salvedad, toda vez que para esta edición se han practicado muchas correcciones, principalmente de índole ortográfico y gramatical, también se ha procurado mantener la esencia de los guiones, de no alterar la trama ni la forma de expresarse que les es propio a los personajes, inherente, por supuesto, a un autor y texto juvenil. Mayores transformaciones privarían, quizás, al amable lector de percibir y saborear las naturales expresiones que en si forman los guiones de esta obra.

Valentín A. Gajardo Ríos
El Autor.

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