Antiquariat
Si tuviéramos que aguzar el oído para escuchar el silencio, tal vez sentiríamos el rumor que se oculta, se trasluce o se desliza entre las líneas de estos poemas de Guillermo Riedemann. Las palabras como ríos que serpentean por los paisajes de la memoria, hilos que traman la posible textura del propio origen, huellas que han de reiterarse para evitar su insistente desaparición.