Reseña

El breve libro "Los trovadores infernales", hijo de un giro trovadoresco intempestivo, abarca y ofrece un corpus ordenado de poemas y melodías actuales de estilo medieval –el oxímoron, aquí, sí funciona– escritos en juventud y de reescritura treintañera. Los mismos consisten en una sobria selección a partir de un conjunto bastante numeroso, pero reducido y rearmado para efectos de un trabajo tentativo en clave de esquema piramidal: de Triángulo de Tetractys pitagórico. Cada texto está inspirado, en forma y fondo, en uno de algún trovador o trobatriz de los surgidos y más conocidos en la Occitania del siglo XII: son montajes métricos y rítmicos que, en sus contextos artístico e histórico y, entremedio, filosófico, abordan los motivos y tensiones que impregnan la lírica trovadoresca, y la vida toda. Ahí van sucediéndose: visiblemente, el amor, el goce y el deseo; secretamente, el verbo y la carne y su mesura y su exceso, la cercanía y la separación y su fantasía y su compulsión. Ello, situando los recursos y técnicas del lenguaje en razón y en vigor de una poética teórica que articule lo literario en correlato a la evaluación filosófica y el diagnóstico psicológico de las nociones que estampan nuestra cultura moderna.