La montaña es la montaña
1 El catálogo
Recuerdo la reunión con los entonces miembros del Club de Montañeros del Elqui donde nos organizamos para concretar la idea. Por supuesto las carcajadas brotaban a cada momento y corría la cerveza, porque si no el asunto no tenía sentido para mí. Estábamos ahí con el Tito Heredia, el Chorizo y el Kurt Zeisler. No es llegar e ir a un cerro como el Tórtolas, se necesita ropa, equipo, un cuerpo acorde. La gente se apuna, le zumban los oídos, les pican los ojos, les revienta la cabeza. Algunos güitrean. Les tiemblan las piernas, les dan ganas de llorar. El viento se les mete en el alma y los agobia hasta límites cercanos a la demencia. Renuncian. Eso no lo teníamos muy presente, quizás el Nacho ocultaba la información deseando que no nos acobardáramos, esperando arreglar la carga en el camino, buscando echar a andar la empresa a pesar de la precariedad de los recursos. Hablamos un poco de plazos, de platas, de logística. El Tito se comprometió a hacer un mueble transportable. Acordamos mandar hacer un timbre para marcar los libros con el lema “Lectura de Altura” y el nombre del grupo “Montañeros de Elqui”. Yo pensé en algunos títulos y los sugerí.