Vidrios empañados
Ximena Guiraldes nos regala un mundo donde las verdades se ocultan detrás de vidrios empañados de sudor, de suspiros, de jadeos, de lágrimas. Y como nos cuenta tan bien esas verdades a medias, sabe cuándo limpiar de un manotazo aquellos vidrios para dejarnos ver lo que está al otro lado: realidades humanas que se narran a través de indicios leves o revelaciones contundentes. Ximena es además una creadora que se deja guiar por la brújula de sus tripas y que no necesita de grandes aspavientos para regalarnos su arte. Es imposible escapar de su prosa directa, vertiginosa y muy, muy visual. Leerla es un gozo que, como todo placer, nos deja deseando más.
José Ignacio Valenzuela, escritor.
A la manera de un collage, este conjunto de relatos se mueve por mundos variopintos, que componen el imaginario de la autora y que brindarán al lector un viaje parecido al de una discreta montaña rusa, discreta porque aun cuando alguna de estas historias podrían valerse de la pirotecnia o de la estridencia para ser contadas, Ximena, amparada en esa elegancia irrenunciable que la gobierna, ha optado por un camino menos vociferante, más quitado de bulla, lo que no quita un ápice de contundencia a todo el volumen.
En Vidrios empañados el lector encontrará cuentos que, seguramente, habrán de incomodarlo; cuentos en los que hay una mirada crítica a la norma que suele regir la vida de una mayoría. Muchas veces, estos funcionarán como un espejo donde nos veremos a nosotros mismos, algo deformados por el prisma con el que observa el mundo la autora.
“Prólogo”, Marcelo Simonetti, escritor.