Democratizar la democracia
Más democracia siempre más democracia
La democracia no solo recibe las asechanzas de quienes no creen en ella y procuran establecer regímenes autoritarios, también tiene enemigos íntimos. Estos se encuentran al interior de la propia democracia y tienen que ver con la carencia de una ética ciudadana, la persistencia en la sociedad de las viejas y nuevas desigualdades y las discriminaciones de todo tipo tales como las que se dan entre etnias y entre sexos: la xenofobia y el populismo.
La democracia no es algo estático que está dada para siempre. Por el contrario, debe estar en permanente transformación. La democratización de la democracia implicará comprender cabalmente el autogobierno y, por tanto, avanzar de manera decidida a democracias más participativas y deliberativas. Los mini públicos, los jurados populares, los referendos electrónicos deben complementar la democracia representativa.