Reseña

Es el año 1977, un joven adolescente decide que su futuro está en servir a la patria, al menos, su corta vida se ha ido abriendo al mundo de la mano de su padre, un suboficial de la rama castrense del Ejército de Chile. Los penachos de los cadetes lo cautivan y dará un paso más en el entorno familiar… será un oficial del mismo ejército.

Las ilusiones son coronadas con éxito y es admitido en la Escuela Militar Bernardo O’Higgins, iniciando una destacada trayectoria por más de 30 años. El cadete Gustavo López Rebolledo asciende los grados en diferentes unidades sirviendo con el honor y los valores que trae desde su cuna, fortalecidos en el Ejército y eso no lo tranza.

La vida transcurre y también los sucesos sociales y políticos que lo acompañan, forma familia y sirve en diferentes unidades de manera impecable en listas de desempeño que le favorecen… El muchacho del suboficial es un orgullo también para su padre, el viejo soldado. Todo se ve prometedor ascendiendo al grado de coronel y ya como oficial superior, a metros del generalato, méritos tiene, la impecable hoja de servicio es carta de presentación, pero el destino diría otra cosa.

El camino se tuerce de la manera más inesperada; la honestidad le lleva a dar cuenta de irregularidades por parte de un subalterno, también oficial… pero se trata de un “protegido” y contra ello, no se puede proceder de manera tan audaz. La justicia venda sus ojos y deja caer la espada sobre el honesto; es una historia bastante común en instituciones cerradas y verticales, nada que hacer es la lucha de “una hormiga” contra un titán.

El deshonesto es premiado, es intocable, mientras el coronel López es llamado a retiro y la justicia e investigaciones le son adversas a pesar de las pruebas a su favor. Pero el soldado de honor lleva esta virtud tatuada en la piel, nada lo detiene y da la pelea. Su honor y buen nombre, aunque herido, le dan fuerzas para denunciar y enfrentar a un sistema que está claramente vulnerado, los hechos lo demuestran. El Ejército de Chile se ha construido a punta de sangre, sudor y lágrimas y a pesar de todos los embates producidos por los nefastos “milicogates”, las fuerzas armadas pertenecen al alma del pueblo chileno, con luces y sombras a cuestas.

Lejos de desanimar a los cientos de jóvenes chilenos que ven un futuro construido en las filas de las fuerzas armadas, el autor de este libro busca impulsar esperanza en la vocación de servicio a la patria y sus ciudadanos. Su historia, en particular, puede o no ser advertida, pero nos indica que la verdad, la justicia y el honor, cuando están bajo amenaza, jamás se deben callar u ocultar.