Reseña

En el libro “El deseo mimetizado” nada es lo que parecer ser. La vida que transcurre en un tranquilo pueblo de vida apacible y provincial se ve interrumpida por el secuestro de un prominente hombre de bien en plena vía pública, a la vista de todos, perdiéndose su rastro en las afueras de la ciudad. Aquí comienza la tragedia de una mujer casada que busca a su marido sin entender que fuerzas más allá de su comprensión han abducido la existencia de este hombre. En esta novela que es mucho más que un relato de suspenso y misterio, nos adentraremos en las vidas de seres humanos que son arrojados a la magia y la tragedia, guiados por un amor de naturaleza trascendental. Un equipo de investigadores liderado por un conspicuo inspector de pueblo, encabeza a las fuerzas de la policía, en una frenética búsqueda del secuestrado y sus secuestradores. Nos enfrentamos a un caso policial con misteriosos recovecos, trastocado por hechos extraños y bizarros que parecieran pertenecer a un mundo mágico de proporciones indescriptibles que nos emocionarán al conocer nuevas formas de amar, trascendiendo más allá del tiempo y el espacio, ligado a un recuerdo de un pasado que fue mejor, aunque no exento de violencia y asesinatos que poco a poco iremos conociendo.
Entre mentiras y pistas falsas iremos caminando con sus personajes, pisando nuevos caminos que nos enseñarán realidades paralelas, donde el amor y el dolor son las fuerzas que dominan cada beso, cada mirada. Detrás del delito consumado, y detrás del deseo mimetizado, escondido, fugaz, inextensible, estará la policía pisando los talones de los secuestradores y el secuestrado, que sufrirá algo parecido al síndrome de Estocolmo. Sin embargo, un final imprevisto nos sorprenderá por la ternura y el deseo incomprensible que guía a nuestros personajes, sumergidos en la magia ancestral de un destino que solo puede ser fatal. Esta historia es un “Romeo y Julieta” latinoamericano, con todo el realismo mágico de un García Márquez caminando por cualquier campo chileno del norte y del sur, bajo la pluma ágil y enamorada de su autor, “Good for the Soul”, que nos enseña esas formas de amar, que son tan “Buenas para el alma”.