El once a través de mis ojos
El libro “El once a través de mis ojos” no es un texto de historia, tampoco una novela o una tesis política, es la recolección de memorias y vivencias de personas que fuimos testigos presenciales de aquella época, por lo que todo lo aquí escrito pasa a ser “primera fuente”.
Una de las premisas básicas de aproximación al relato era que debíamos recordar lo sucedido en esos años, no con la mirada de hoy, sino que intentando volver atrás y sentir como en aquella época, de esta manera la narración es más vívida, más veraz y más honesta. Esto no deja de ser menor, ya que nos permite retornar a esos años, a esas costumbres, a la forma de ser, de pensar y de sentir. Aproximar a lo que eran nuestros sueños, nuestros anhelos, miedos y aspiraciones. Por último, darnos cuenta, después de cincuenta años, que el mundo, que nuestra sociedad cambiaba a velocidad vertiginosa delante de nuestras narices.
Además, todos los que aquí vuelcan sus memorias eran personas de clase media – media, es decir, del estrato social al que más fuerte le pegaron o afectaron los acontecimientos ocurridos entre 1970 y 1973. Esto no es casual, ya que dentro de la historiografía que existe respecto al gobierno de Salvador Allende, la “clase media” es la que adolece de menos estudios, la que ha tenido menos voz, menos visibilización en el transcurso de los últimos 50 años.