El rastrojo de los días
En El rastrojo de los días, Nicolas Mark nos presenta una poética calmada ante la erosión del tiempo por sobre los cultivos y las personas. Una propuesta en la cual el ambiente se acerca a la voz poética como el sol ardiente en los días claros del campo. El trabajo se mezcla con el pensamiento y la congoja de los recuerdos de neblina que empañan todos los vidrios. Ambiente en el que la escritura se transforma en aquel ruido que permite quebrantar el sosiego.