Reseña

El proceso de escribir nuestras propias cuecas, en un inicio,
tuvo una instancia de reflexión acerca de nuestras
experiencias con la cueca en el colegio. Concordamos en
que la relación con dicho "baile", se realizaba de manera
obligada y sin un vínculo con nuestra identidad e intereses.
La cueca no es solo baile, en este trayecto hemos entendido
que es una forma de expresión que abarca aspectos
verbales, corporales y de escritura. Ha sido un camino de
resignificar lo que para nosotros significa la cueca, como se
hace cueca, de qué manera sentimos la cueca en todas sus
formas. Es una oportunidad que tuvo una diversidad de
dinámicas para llegar a materializar los escritos que
podemos ver. Cada uno de ellos representa una parte de
nosotros, de nuestra creatividad, pensamientos, historia y
sensibilidad.
Fue un proceso en el que no solo aprendimos la estructura
de una cueca, sino a entender sus raíces, problemáticas que
se reflejan en ella, utilizar la cueca como una herramienta
pedagógica cultural que sea parte de nuestro patrimonio
cultural.
Este camino nos demostró que la cueca no solo la crean los
cuequeros, queda en evidencia, que cualquier persona puede
ser parte de ella y que desde allí se generan las historias
que escuchamos en las cuecas. Nosotros hacemos cueca, la
creamos y nos hacemos presente en ella.
La creatividad estuvo presente en todo momento, fue
nuestra pieza clave para poder dar fruto a un escrito lleno
de relatos sobre nuestra esencia, la percepción de nosotros
con el espacio del Peda y temáticas de nuestro interés.
Todo ello, no fue una creación individual y aislada, sino
que hubo participación de una comunidad como la
Generación 2020, entre nosotros mismos aportamos en la
construcción de lo que hoy se ha convertido, en un proyecto
en comunidad.
Queremos dar gracias a todos los presentes, participantes,
nuestros compañeros de básica y de las demás carreras,
pero en especial a nuestros profesores del ramo Educación
Patrimonial y Ciudadanía, profesor Cristian Olivares y
profesora Victoria Garay, por incentivar y apoyar la
creación y resignificación de las cuecas, y dar pie para
gestionar, como Generación 2020, la organización en lo
que hoy se puede apreciar, como “La Basifonda”.