Las vueltas que da la muerte
Marcelo Charlin fue uno de los miembros de la Tribu No, un grupo que remecía o al menos incomodaba a los grupos o círculos literarios de fines de los sesenta y principios de los setenta, con actos irreverentes que apuntaban a cuestionar la institucionalidad. Charlin vivió en ese entonces una vida intensa, desbocada, que incluyó consumo de drogas y una especie de temporada en el infierno en los barrios más peligrosos de Nueva York.
En algún momento sentó cabeza, como suele decirse, terminó su carrera de Arquitectura y fue académico en distintas universidades, tanto nacionales como extranjeras. Durante mucho tiempo ha guardado un silencio literario que ha interrumpido solo con la publicación en 2019 de su libro Noticia en desarrollo.
Si bien su obra es breve, logra construir una poética personal que en su singularidad dialoga con los poetas beats en la fuerza vital de sus versos y establece un delicado equilibrio entre humor y amargura, sinceridad e ironía.
Con Las vueltas que da la muerte intenta quitar pesadumbre al tema de la parca, acercándose al epigrama, al aforismo, al microrrelato para dar cuenta de las vueltas de la vida, el amor y la política. En lo más profundo de la caverna que somos habitan fieras dormidas de las que huimos aterrados, nos dice, y deja en el aire un estremecimiento.