Para vivir en la tierra como se vive en el cielo
A través de su identidad humana, cristiana, marianista y educativa, Arnaiz plantea la necesidad de una apertura al cambio, como también a una indispensable audacia y lucidez. Para él, “arriesgar con sentido” significa tener la humildad de admitir los errores del pasado y la sabiduría para aprender de ellos. Porque solo así es posible alcanzar la plenitud de “lo divino” en la medida en que nos empeñemos en lograr la plenitud de “lo humano”.