Teatro y Derechos Humanos
En cualquier conversación casual, las opiniones sobre la relación entre el teatro y los derechos humanos tienden a ser tan apasionadas como vagas. Se afirma que hay que luchar por los derechos humanos y que el proceso de hacer teatro es, en sí mismo, una forma de llevar a cabo esa lucha; se considera que el teatro es una actividad progresista y abordar cuestiones relativas a los derechos humanos representa una forma de garantizar su relevancia social. Hay algo de verdad en estas impresiones y, en aquellas sociedades donde los ciudadanos gozan de una cultura sólida en temas de derechos humanos, sirven para que la relación entre poner en escena las relaciones humanas y denunciar las violaciones a los derechos humanos aparezca como intuitiva y obvia.