Crujido de mandíbulas
En los opacos años del Chile de los 80, entre protestas y desesperanza, el cronista Renzo di Mauro escribe una columna de perfiles pugilísticos en una oscura revista deportiva llamada Puños y pelotas. Una década después, y como una forma de mantener viva la memoria de los boxeadores que se desdibuja en el tiempo, Renzo decide reeditar sus crónicas, registradas bajo el título de Crujido de mandíbulas.
Mientras deambula por las mesas bohemias del Wonder Bar, el Central, el Quíntuple y el Liberty, o recorre las solitarias calles del barrio Matta, Mapocho, Bandera y el Puerto, Renzo va recogiendo con inconfesable avidez los recuerdos y anécdotas de viejos conocedores del ring, al tiempo que se alimenta de las lecturas de Juan Uribe Echeverría, Roberto Castillo, Floridor Pérez y la revista Estadio.
Así, a través de estas páginas reconstruye la historia del box y sus trágicos luchadores: David Ellis, La Furia, el último boxeador en morir sobre el cuadrilátero; Luis Vicentini, el escultor de mentones; el triste rey sin corona Benedicto Villablanca, cuyo cetro mundial duró solo dos semanas; Carlitos Rendich y su enigmática petición a la animita de una pequeña niña asesinada; las aventuras del Tani Loyza con la mafia gringa; y, por supuesto, el sueño inalcanzable del abanderado de los miserables, Martín Vargas. Para ellos y para Renzo, la misión es solo una: esquivar la gran derrota y vencer por nocaut al olvido.