Fatal coincidencia
Esta novela de Patricio Negrete Orbea se inscribe en la literatura patrimonial al rescatar todo lo que dio vida al Barrio Independencia por las calles Maruri, Gamero y, particularmente, por
Echazarreta con sus coloridas casas de abobes que vieron crecer a chiquillos como Mariano
Villalba, experto en líos.
La prosa tiene un estilo ágil. Patricio Negrete tiene el don de la amenidad; lo que escribe, entretiene. La novela tiene historia, hilaridad, desenlace, personajes con sus dramas. Gracias a sus personajes solidarios y amantes del fútbol y de la jarana, nos topamos con la botillería «El Oasis» y nos convertimos en clientes asiduos del restaurante «El Tabernero» de calle Cruz. En el tiempo que Mariano Villalba trabajaba en la fábrica de “Cervezas Ebner”, sus andanzas lo llevaron a tener actuaciones en las hosterías “El Flamingo” y “La Montaña” de avenida Independencia.
Transcurren los años en la vida de sus habitantes. Este paso del tiempo me hace recordar la obra de teatro «Historia de una escalera» de Antonio Buero Vallejo, aunque en «Fatal
Coincidencia» es el barrio el que tiene la fuerza con sus negocios y fábricas; sus habitantes con sus costumbres están en simbiosis con el lugar, no pueden alejarse.
En este escenario, arribamos a la historia de amor de Natalia Parrini y David Villalba, dos veces truncada.