Águilas
Suri, Zorba y Rapel
“Sus grandes ojos ambarinos, de mirada penetrante, examinaban atentamente todos los detalles del entorno. Las miradas periféricas las hacía de forma más bien lateral, con alguno de los ojos, a lo que contribuía un giro muy amplio del cuello. Y cuando parecía mirar un objetivo definido, ambos ojos se fijaban en el punto de interés, de manera frontal”. Así describe Eduardo Pavez a quién fue el primer águila que cuidó y entrenó en el patio de su casa, con el fin de adentrarse al mundo de la rehabilitación de aves rapaces.
A partir de esta experiencia, el autor emprende una travesía dedicada a la protección de estas fascinantes criaturas, cargada de aprendizajes que lo llevan a seguir siendo un servidor de las aves hasta el día de hoy. Con la ayuda de sus relatos, podemos comprender profundamente las particularidades de las águilas junto con los desafíos que enfrenta la conservación de estas especies en este territorio.