Pegas en chilensis
Historias cortas de pegas con jerga a la chilena (con copia a todos los inmigrantes)
Sin que le patinara mucho el embrague y evitando mandarse un numerito, el autor intentó echarle con l’olla a trece relatos cortos, pero sin irse al chancho. También agarró papa y le puso re’ harto pino a la introducción y los agradecimientos en jerga chilensis. La dura: incluyó lo real, lo que venía escuchando y en parte hablando por décadas, aunque también volvió a parar la oreja en este último tiempo. La legal…, y para que después no se amurren los lectores: el fenómeno de nuestra jerga chilensis es algo diferenciado según dónde y quiénes: lolerío o viejos, sur o norte, cuicos, cuicos-flaites, jaibones, flaites a secas, pungas o cumas, los cultos y los que se las dan, y ni hablar los choros, patos malos y cogoteros que le hacen al coa creado por quienes están en cana. Nuestro chilensis es una jerigonza creativa y variada, picaresca, irreverente e incluso ofensiva, bastante zoonímica, pero también algo guachaca y bien garabateada o, mejor dicho, “güena pa’ la chuchá”.
Y que quede claro, aunque algunos querrán hacerse que sean de las chacras: ¡Nuestra majamama lingüística no solo se habla en los sectores populares, sino también y a veces con fervor, en amplios sectores de la clase alta y la autodenominada clase media culta!
Varias de las historias de la pega son relatos de cambio, que pueden ser útiles para quienes quieren tirar pa’rriba, para aquellos que son aperra’os, los que se ponen las pilas, incluso para esos que andan haciendo pilatos para que salte la liebre. Si pertenecen al lote de los que en la pega son buenos para darse vuelta la chaqueta, hacerse los cuchos, pacotilleros y sacadores de vuelta, tiran cada uno pa’ su santo, o de aquellos que tiran pa’ la cola o prefieren echarse el pollo cuando las papas queman, para esos lectores este libro podría ser más inútil que bolsillo de pijama. El autor le echa fichas a que siempre existe un buen momento para decir upa chalupa a algún cambio y no quedarse pegado, ojalá agarrar papa y hacer las cosas de forma diferente, así como cortar las huinchas por lograr cuestiones distintas.