Reseña

Aun me queda corazón es un libro inspiracional, que ahonda en un camino de vida que, como muchos, ha sido, a la vez, golpeado y bendecido con diversas pruebas, variadas caídas fatales y, también, cada vez, con un Renacer -como dice el subtítulo del libro-, que ha llevado al extremo la resiliencia, fuerza y determinación de la autora en su existencia.

La vida y la muerte se entrelazan en este texto de manera patente, dialogante y hasta a veces simbiótica, lo que hace de la experiencia vital de la autora una transferible a otras personas -hayan o no sufrido pérdidas en la vida-. Sin embargo, este es un libro testimonial que, si bien respeta los tiempos del duelo y la importancia de ello, no se queda anclado en aquellos quebrantos, pues estos son entendidos como el camino natural que, al mismo tiempo que pueden desmoronarnos internamente, nos muestran nuestro verdadero potencial, haciéndonos atravesar zonas que tal vez nunca hubiésemos recorrido en otras circunstancias.

El ave fénix, el águila, la mariposa y la flor de loto, cada icónico elemento, a su manera, nos habla del sentido de la transformación en nuestra vida, del renacer desde lugares enfangados, de la reconstrucción personal desde situaciones oscuras, atravesando cenizas quemantes para alzarnos con nuevo espíritu, convirtiendo nuestro zigzagueante arrastre en un vuelo, y que debemos estar atentos al instante de la renovación y la visión del presente como nuestro más poderoso regalo de vida, como lo han dicho numerosas filosofías y religiones.

Aún me queda corazón es una invitación a la consecución de ese vuelo del cambio, y una entrada gozosa para concebir la vida, aún en sus momentos más oscuros y difíciles, en todas sus dimensiones (sensoriales, sensuales, intelectuales y espirituales), trascendiendo hacia una verdadera y continua morada de luz y algarabía.