Satin dolls
Brothel Chronicles
“…Irene nos regala un pedazo de historia, esa que por lo corriente miramos con esa mirada vertical del que ve y no quiere ver e intentamos no saber que existe, porque ese no saber, pareciera en nuestra fantasía mantenernos al margen de esa realidad. Mujeres, hombres, calles, anécdotas que no quedan en la historia oficial. Pero, que enmarcan una época de grandes soledades y trashumancias, en que el prostíbulo era el abrazo que acogía y abrigaba la compañía viva de un otro humano que, acallase esos gritos silenciosos de aquellas existencias esgarradas en permanente búsqueda.
Donde el dinero provenía casi exclusivamente de la explotación del salitre y, sus trabajadores, corrían gustosos a ofrecerlo a los únicos lugares de diversión que existía, como lo eran los prostíbulos, espacios con sus normas y leyes internas, en los que se determinaban muchos destinos …”