Reseña

Estos poemas de Hurón Magma son de una belleza que solo la naturalidad de un oficio de años puede lograr, puliendo como un artesano las palabras. Me queda de ellos una sensación de reposo, de un decir sin hipérboles, dejando que la tinta haga su magia. Imagino a Hurón escribiendo en su habitación, arrimado a su escritorio, acompañado del sonido del bosque y los pájaros. Veo la nostalgia de tiempos pasados: “todo es profundo como una herida que queda”, una visión casi animista de la naturaleza: “El bosque es un piano con teclas verdes […] / y me estremezco con tus raíces que me amarran el corazón con una cinta verde”, y también la palabra, siempre la palabra poética haciendo de las suyas para que de ella nos llegue la mejor poesía de Hurón: “La hoja en blanco no es tan blanca, / tiene uñas y casco y pistola […] no puedo conciliar el sueño / porque escucho carcajadas en el papelero”. (Marcela Vidal, editora)