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ISBN 978-956-9002-73-1

Más sabe el diablo por viejo...pero no siempre por diablo

Autor:Guallar Korn, María José
Editorial:Asesorías Mis Raíces Limitada
Materia:Creencias populares
Clasificación:Infantil y juvenil. Interés general: misterios, lo inexplicable
Público objetivo:Infantil / Juvenil
Publicado:2023-03-27
Número de edición:1
Número de páginas:40
Tamaño:21x21cm.
Precio:$18.000
Encuadernación:Tapa dura o cartoné
Soporte:Impreso
Idioma:Español

Reseña

En los campos chilenos aún se suelen contar relatos y leyendas, sobre todo durante las fiestas y en las noches de lluvia. Muchos de esos cuentos hablan de misterios y otros de graciosas anécdotas. Nadie sabe realmente si todo eso que se cuenta es cierto, pero siempre hay alguien que dice tener un pariente o compadre que le tocó ver cosas o esos escuchar los episodios de primera fuente.
Algunos de esos cuentos y leyendas tienen como protagonista al diablo. Unos dan susto, otros dan risa.
En el folclor nacional se observa cómo la terrorífica figura oficial del demonio bíblico, representante del mal en la tierra, se va convirtiendo en la de un ser de enorme poder, pero que no está muy lejos, que evidencia debilidades humanas y que no tiene la última palabra. Y esta figura del diablo popular sirve para dar explicación a hechos sobrenaturales o extraños, al manejo de temores, incertidumbres e ignorancias
respecto del mundo.
En el campo chileno al diablo se lo llama de muchas formas: Don Sata, El Coludo, El Condenado, El Cachúo, El Diente de Oro, El Patas d’hilo, El Mandinga, José Arnero, El Azufrado, El Malulo, El Pat’e cabra o El Diantre. En la cultura popular ese diablo puede presentarse de diversas formas y con muchas identidades: como un guapo y seductor afuerino, un típico pícaro busca vida, una guagua con uñas largas y dientes de oro, un
temido patrón prepotente, un jinete misterioso vestido de negro y usando espuelas de plata, o como animales (chivos, perros bravos, culebras o gatos).
El aspecto más clásico del diablo se manifiesta en los pactos que hace con las personas, a través de los cuales es posible lograr de manera rápida y “fácil”, una situación afortunada que por si solos les sería muy difícil -dinero, tierras, el amor de una mujer o un hombre-, siempre a cambio de algo importante, intereses económicos, cosechas o
la misma alma del interesado. Muchas veces, sin embargo, los relatos dan cuenta que cómo, con mucha chispa e ingenio, el campesino o roto chileno se enfrenta a la soberbia y poderío de Don Sata, logra zafar ingeniosamente, y éste termina engañado o incluso perdedor.

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