Sepia Mundo
omo en una extensión detenida en su margen,
son sepias los faroles sobre el mar. Los versos
de Felipe del Villar se vuelcan en una historia a
pedazos, fuente paródica y trágica de iluminaciones.
Lo ajeno e íntimo acaso poseen el mismo
nombre como la arena y el viento. La geografía del
hablante es vista desde las postales del pestañeo;
quien viaja exclama y su desarrollo espera.
No es incorrecto afirmar que la imagen será recobrada
por la voz que balbucea estas páginas. Para
el poeta, el cielo es el mismo antes de asumir el día.