Reseña

Un tema apasionante es ver que Dios no abandonó a las tribus perdidas de Israel y que, luego de un largo período de tribulación, las llevó a detentar la hegemonía mundial a través de Gran Bretaña y los E.E. U.U., cumpliendo las promesas hechas a Abraham, Isaac y Jacob. Es probable, incluso, que esas tribus perdieran importantemente la noción de su identidad, pero, a pesar de ello, al vagar por territorios asiáticos y europeos, hayan contribuido a la causa de Dios, contribuyendo a la formación de diversas religiones complementarias con el cristianismo, destinadas a fundirse con este y a converger hacia la religión verdadera al final de los tiempos. Lo notable es que los israelitas errantes perdieron de tal forma su identidad que se haya hecho casi imposible detectar su presencia a lo largo de su transitar por diversas regiones del mundo y, sin embargo, conducidos por la mano de Dios, hayan terminado radicados principalmente en las naciones anglófonas de hoy en día. Un hecho notable de destacar es que E.E. U.U. fue el primer país del mundo en decretar la igualdad de derechos de todos los pueblos de la tierra en su Constitución de 1787, adelantándose a los países europeos donde los judíos sufrieron todo tipo de discriminaciones, abusos, maltratos, persecuciones y expulsiones de sus lugares de residencia. En ella se estableció que el Congreso no legislará respecto al establecimiento de una religión o la prohibición del libre ejercicio de la misma; ni pondrá cortapisas a la libertad de expresión o de prensa; ni coartará el derecho de la gente a reunirse en forma pacífica ni de pedir al Gobierno la reparación de agravios.