Reseña

Luz Montecinos nació en 1906, en la localidad cordillerana de San Fabián de Alico, región de Ñuble.

Como profesora de literatura, entabló amistad con cÈlebres figuras del mundo de la cultura de mediados del siglo pasado. Escritores como Gabriela Mistral, Pablo Neruda, el muralista David Alfaro Siqueiros o la folclorista Margot Loyola fueron sólo algunas de las personas con las que compartió parte de su vida y disfrutaron de su amabilidad y buena conversación.

Pero fue su poesía la que le permitió dar expresión a sus sentimientos más profundos. Luz nunca publicó un libro, pese a que en múltiples ocasiones fue invitada a hacerlo. Su amiga Gabriela Mistral, en una carta fechada en 1939, le escribiría:

“Tengo a la vista sólo tres hojas de su carta. No veo claro en ellas, si me pedía un prólogo o una simple opinión íntima. Dígamelo de nuevo. Dotes tiene usted de sobra; no es pasta, temperamento, sensibilidad, lo que nos falta a las mujeres, cuando empezamos a escribir: nos falta una disciplina dura y recia, un descontento de nosotras que no sea pesimismo, sino voluntad de superación.”

Esta obra nos lleva a través de su poesía y su trabajo como escultora. Su vida fue un fino surco trazado en la tierra, desde donde afloraron sentimientos y emociones que, invisibles, cubren hasta hoy el Valle de Alico.