Estado oligárquico y protesta popular en Chile (1810-1891)
La estrategia de modernización económica se apoyó en mecanismos de compulsión laboral orientados a fijar a los trabajadores en determinadas actividades productivas.
Se desplegaron una serie de iniciativas tendientes a disciplinar las conductas transgresoras de la población y se elaboraban discursos moralizantes que pretendían intervenir sobre las prácticas culturales y las formas de sociabilización del pueblo. Pero las clases populares resistieron, continuaron practicando la huida como forma de evadir la proletarización forzosa, reincidían en sus prácticas transgresoras y libertinas, si bien no rechazaban explícitamente el discurso moralizador, en la práctica tampoco lo acataban. Los sectores populares también reaccionaron violentamente.
El motín urbano, el levantamiento minero y el bandolerismo rural, se convirtieron en manifestaciones recurrentes de la rebeldía popular frente a las presiones del sistema de dominación. En ellas los sectores populares enfrentaban a los dispositivos de encuadramiento y represión del Estado y violentaban los bienes de la oligarquía.