Reseña

Estos relatos ilustran —desde su propia perspectiva— las vivencias y el trabajo de los ferroviarios que pusieron en marcha las moles metálicas que en otro tiempo dibujaron los contornos del país.
No es fortuita su elección: se trata de las generaciones de maquinistas que experimentaron el paso del vapor al diésel y a la electricidad, vivieron grandes cambios políticos en el país y fueron los últimos protagonistas del fulgor del ferrocarril y los primeros testigos de su ocaso.
Sus testimonios dotan de voz, recuerdo y experiencia a los numerosos espacios y vestigios ferroviarios que persisten silentes en el entorno de innumerables pueblos a lo largo y ancho de Chile, en la memoria de quienes conocieron su auge y caída, y en la imaginación de quienes, sin haberlos conocido, esperan con ansias su retorno.