Garza
En el borde periférico de la ciudad de Rancagua, donde la ruralidad se resguarda de la voracidad urbana entre yuyos y potreros, bandadas de pájaros atraviesan la noche metálica. Un graznido eléctrico cae al suelo. Pisadas hunden su peso sobre la humedad de los helechos. Chispazos de luz acuchillan la oscuridad.