Mujeres bajo el sol
El destino de un cuento, como si fuera una flecha, es producir un impacto en el lector. Y cuando más cerca del corazón del lector se clave, mejor será el cuento.
Debo decir que María Verónica tiene excelente puntería.
Los cuentos de María Verónica se quedan en la emoción y la memoria del cautivado lector que, seguro, no querrá llegar al punto final del último cuento para no terminar con la fantasía.
Doy la bienvenida a este libro que llega a engrosar la buena literatura chilena y que, seguro, estimulará las mentes de muchísimos lectores.
Ana María Güiraldes, escritora.
En estos cuentos hay una escritura de la pausa, del corazón y de la cabeza. En estos cuentos hay vida, observación y realidad. En estos cuentos hay distancia, profundidad, deseo y convicción. En estos cuentos hay tramas que se abren, que se agitan y que nos devuelven el rostro del espejo. En estas tramas hay intimidad y fuerza. Mucha fuerza. En Mujeres bajo el sol, María Verónica Iribarren confirma y desarma verdades con la agudeza que da el trabajo, la disciplina y la buena memoria.
Monserrat Martorell, periodista.