Chilesperanza
Soy un chileno, adulto mayor de 80 años, que ha prestado Servicios de Atención Médica a miles de compatriotas durante 50 años. Como Pensionado, dispongo de más tiempo libre y podría preferir una vida contemplativa, pero he decidido no invertir el tiempo de vida que me quede, en solo verla pasar. Los adultos mayores chilenos estamos aumentando aceleradamente y en la Quinta Región de Chile, ya somos más de 300.000 personas. Pese a nuestro número, como el promedio de ingresos es bajo, no somos importantes para la mayoría de las Empresas de Servicios y de Producción, por lo que no nos favorecen con las atenciones y productos que comercian.
Los adultos mayores tenemos problemas: solo un 65 % o menos somos casi autovalentes, alrededor de 20 % frágiles, con algún grado de dependencia, y alrededor de un 5 % o más, sufren una situación de postración y dependencia total. Los autovalentes, en su mayoría solidarios, podemos asumir una actitud fraternal de apoyo efectivo, con los que requieren ayuda, aunque solo sea para acompañarlos y ayudarlos en lo que se pueda.
Además, por nuestra experiencia y el valor que asignamos a la vida, podemos asumir un rol orientador fraternal en la sociedad. El cabello blanco, que cubre nuestras cabezas, será señal de riqueza social de sentimientos, conocimientos y experiencias. Hoy somos ciudadanos generosos y responsables, incluso en la expresión electoral, en contraste con la apatía predominante.
No puedo olvidar el agradecerles que hayan requerido y confiado en mis servicios profesionales, que estuvieron inspirados en la necesaria solidaridad.