Reseña

Este libro quiere defender siete afirmaciones: la vida social, con sus particularidades, debe estudiarse como parte integrante de la naturaleza; una teoría social general es posible y relevante sin que sea necesario olvidar el carácter histórico y hermenéutico de la vida social; la disputa entre neutralidad y compromiso valorativo es falsa y la acertada resolución del debate implica denunciar el error que ambas critican, esto es, la idea de acción neutral; la vida social requiere ser comprendida como producción objetiva y subjetiva y ello no es mera yuxtaposición, sino que reconocen una misma raíz; se debe reconocer que las y los investigadores no están fuera o sobre otros actores, sino que solo son un tipo específico de actor; las preguntas cruciales de la ciencia social son las que intentan explicar el mundo social, no el intento de usar la vida social como explicación de otras realidades; y la interacción es la unidad basal de la vida social y núcleo de cualquier esfuerzo para su análisis.
Aunque no son posiciones originales, la presentación y orden de los argumentos puede fortalecer ideas que creemos son necesarias para la investigación social y si alguien se sintiera invitado, a través de ellas, a avanzar en el estudio de la vida social, este texto habrá sido útil.