Construyendo futuro: Chile y Perú en el Siglo XXI
La anticipación estratégica obtenida a través de estudios de futuro, en función de contribuir a la planificación estratégica es un instrumento fundamental en la eficiente conducción de un Estado, en especial en una sociedad mundial que se caracteriza por una vertiginosa dinámica y una creciente incertidumbre.
Ante la percepción que Chile carece de esta herramienta, como también de -por le contrario- Perú posee un notable desarrollo institucional de ella, se estimó pertinente constatar este hecho con énfasis en dos áreas que, por su naturaleza, requiere de una mirada de largo plazo: la Defensa y las Relaciones Internacionales.
El resultado permite comprobar que, a diferencia de lo que ocurre en Chile, desde hace al menos dos décadas Perú ha implementado una notable institucionalidad destinada a incorporar los estudios de futuro en procesos de planificación estratégica. Esta capacidad está constituida por organismos del Estado vinculados con todos los sectores de la sociedad, una robusta normativa legal y, principalmente, un desarrollo académico importante materializado por formación de especialistas en estudios de futuro, además de investigación aplicada en diversas áreas de la vida nacional.
Esta diferencia representada, en capacidades comparadas, una desventaja de Chile frente a Perú, lo que en si mismo podría constituir un problema; en efecto, en un mundo tan complejo como el de hoy, todo instrumento que pudiese hacer mas eficiente al Estado en la conducción y desarrollo del país debe ser utilizado.
Pero más importante aún, dadas las características del sistema internacional actual y la lógica que rige las relaciones internacionales, esta diferencia puede constituir también un riesgo. En efecto, como la plantea Kenneth N. Waltz, la integración entre los Estados se ve entorpecida por la desconfianza recíproca, la que puede enturbiar las relaciones binacionales en la medida que se mantenga. Por el contrario, el desarrollo de instancias colaborativas podría lograr un efecto positivo en cuanto a identificar en conjunto oportunidades y amenazas que pudieran presentarse en el futuro para dos países que están destinados a ser vecinos por siempre.