Jubaea y el arboliente
“Jubaea y el Arboliente”, acusan un territorio auténtico con
un ritmo de vegetales y surgimientos de cuerpos y voces
que atienden la vida, los árboles se aman en una esencia
corporal. Sus raíces y ramas son coextensible con las
cualidades humanas, árbol en el cuerpo y cuerpo en el árbol
se hacen esencia, y a la vez conciencia de una intersección de
naturaleza entrelazada que gime, canta, y sabe en amar.
“Jubaea y el Arboliente” conforman un panteísmo maulino
en una retórica original que busca su versadumbre, como la
forma de aproximar la vida en su origen prístino, donde el
lenguaje era la armonía liminal y de total convivencia. Este
carácter amatorio del espacio- natura- amor se vivifica con
las propiedades de sujetos líricos que transitan en ambas
dimensiones, pues conforman una unidad de existencia
primaria y edénica en el valle maulehuino.