No me llames Capitán
Para muchos, hablar de ciencia ficción es simplemente
hablar de “marcianitos” o “viajes al espacio”, asumiendo
que el género es para niños y adolescentes que no
quieren leer “algo serio”, jóvenes que prefieren perder
el tiempo con aventuras fantásticas, aventuras cuya
función es alejarse de la realidad (y por lo mismo, evitar
cualquier análisis racional).
Y como suele ocurrir, aferrarse a un prejuicio siempre
es una buena forma de no querer mirar mas allá, de
negarse a conocer otros puntos de vista, de mantener
(y fomentar) la distancia con aquello que no se conoce...
ni se quiere conocer.
En las aventuras que vive Emilio en No me llames Capitán
hay viajes espaciales y robots que además de Inteligencia
Artificial tienen sentimientos, pero más importante
que eso, hay un futuro imaginado, una idea de lo que
podría ocurrir en unos siglos, donde el pasado (nuestro
presente) es solo un mito, una leyenda de la cual los
registros sonoros de viejas canciones son valiosos
objetos arqueológicos.
Yuri Cortes nos invita en este libro a conocer este
futuro (uno de los millones posibles), tanto a quienes
disfrutamos de la ciencia ficción como a quienes se
animen a conocer la vida de Emilio, quien a pesar de
ser la máxima autoridad de su nave E11A, deja claro
que no desea que le llamen Capitán.
Alejandro Stephens