Jaula abierta
¿Que cuánto me dieron? La másima, dijo en la jaula
y esperó en el sillón roído por años de esperas
hasta que la alfombra serpenteó a la tienda y se puso en oferta
tras el ruido de la sierra cercenando la rama que fue ensordecedor
ya que el río no podía llevársele más nada
y las raíces de los árboles le penetraron cada hueco húmedo
sudando calenturas en momentos de soledad
hasta quedar incrustado en la pirca y le sacaron a rastras
pues nació en cuero de vaca, de la vaca más querida del establo
¡toca la campana! ¡Ahora! Esa que cuelga del acacio, le dijeron
¡te amo en la vida y en la no vida!