Reseña

Las heridas suelen sangrar cuando algo filoso ha logrado clavarse lo suficiente en nosotros. Es el riesgo que a diario parecía amenazar en el campo de batalla al coronel Iván Georgievich Danilevski hasta 1917, cuando un hecho, aparentemente fortuito y mal informado, vino a trastocar para siempre su existencia, colocándolo entre la pared de sus lealtades y el filo de bayoneta de la Revolución Rusa; cuyo efecto no sólo atravesó su alma, sino que se irradió a sus soldados, familias y a otros tantos millones que miraron con ansias desde las más apartadas latitudes del planeta, quizá, al proceso más trascendental y decisivo de todo el siglo XX.
Decidido a cargar ante Dios y los hombres con las consecuencias de sus convicciones rotas, a pesar de sus filosos bordes, Danilevski asume el acontecimiento como inicio de un solitario tránsito, la tragedia existencial de un hombre frente a lo formidable de los hechos. Su familia, camaradas y una serie de personajes que llegan a entrelazarse a su riesgosa peregrinación, son también interpelados por la contingencia y sus propios anhelos, afectos y ambientes; en una narración que está lejos de acabar en este volumen y, mucho menos, en el lugar donde ésta comenzó.