Reseña

La obra se estructura en base a siete capítulos, el primero sobre la Aproximación Doctrinal a la Cosa Juzgada, cuestión siempre preambular para introducirnos en la esencia del tema y relacionándola con instituciones afines, como la litis pendencia, la preclusión, el bis in idem, el precedente (Stare Decisis).
En su segundo capítulo el autor nos introduce en una ilustrativa aproximación histórica comparativa sobre los orígenes de la Cosa Juzgada, cuestión tan esquiva de estudiar, pero bien lograda en este caso para quien se interese en el tema, ya que mantiene su interés durante la lectura, obviamente se refiere también en este punto a Chiovenda, autor que para quienes se introducen en posgrados de derecho, resulta finalmente apasionante. Este capítulo nos aporta además un completo estudio del derecho comparado y sus normas de derecho positivo referentes a la Cosa Juzgada en distintos países.
El capítulo tercero se aboca al análisis de los distintos tipos de Cosa
Juzgada, precedida de una referencia al marco teórico y, debería decir,
los distintos tipos de Cosa Juzgada hasta ahora comúnmente conocidas,
pues si de cambios de paradigmas en esta materia se trata, hay que abrir los ojos a la llamada “Cosa Juzgada Fraudulenta”, que en esta obra se cita tangencialmente.
Luego, en su capítulo cuarto, lo que no puede faltar en una obra de
este tipo es la referencia a las resoluciones susceptibles de provocar Cosa Juzgada, recordando en este punto a procesalistas como Montero Aroca, quien nos indica que la cosa juzgada solo puede referirse a aquellas resoluciones en las que el tribunal responde directamente a la tutela pedida en la pretensión y, en la resistencia, a aquellas en que se contiene la declaración de voluntad del Estado. El autor nos señala en este punto que suele ser polémica la cuestión respecto de qué partes de la sentencia definitiva es la que provoca cosa juzgada, si lo es la sentencia en su totalidad o solo respecto de la parte dispositiva o declarativa de la misma, cuestión que sostiene no es baladí, pues para determinar si un nuevo proceso atenta contra la cosa juzgada, habrá de tenerse en consideración también la parte considerativa, para determinar correctamente el objeto litigioso. Así, nos indica que la solución parece ser la que expone Alsina, al decir que ha de entenderse que los motivos (parte considerativa del fallo) pueden ser examinados para interpretar el alcance de la parte dispositiva.
La segunda parte de esta obra que presento está referida a profundizar
en el análisis de los límites subjetivos de la cosa juzgada, concluyendo
con su relación respecto de distintas clases de procesos. Luego el autor
nos introduce en un análisis poco habitual en la doctrina, atento que es
un tema que, al menos el Chile, es de época contemporánea; es así como
en su capítulo sexto, que aborda “Los Procesos Colectivos y la extensión de su cosa juzgada”, analizando los cambios de paradigmas al respecto, el derecho comparado, relacionándolo todo con la evolución del concepto de “interés jurídico”, como vamos del interés individual al interés público en esta materia, los distintos tipos de interés en los procesos colectivos.
Esta obra, en su capítulo final, profundiza en el estudio del “Cambio
de Paradigma en los Límites Subjetivos”, destacando entre ellos el tema
de la legitimación procesal.