Historia de una mujer a la que su padre le cantaba
Siendo pequeña, la protagonista enfrenta el doloroso convencimiento de que su madre no la quiere. Es su padre quien la acoge y la contiene con el abrazo y la paradoja de un canto triste: el osito de felpa de un pequeño que ha muerto tempranamente. Ante esto surge la advertencia de la abuela: “Aprovecha de ser feliz, ya habrá tiempo para tristezas…”
Es la preparación para lo que viene: la difícil adaptación a un mundo hostil que remece permanentemente su fragilidad. El desafío entonces es encontrar la fortaleza en un caminar de heroína valiente, loca, desafiante, que vive los tiempos de esperanza y luego resiente la caída estruendosa en el contexto de la dictadura. Vive la represión, el miedo, el dolor de la desaparición de amigos, la imagen del padre con su uniforme de militar, el amor desatado y el aborto determinado por las circunstancias.
La ficción se desarrolla en un contexto de realidad que lectores y lectoras reconocerán como parte de la historia de Chile. Es aquí donde la protagonista se levanta herida y decidida a vivir una existencia intrincada, tramposa, embellecida a veces por la propia pasión.