Historia de una mujer a la que su padre le cantaba
Siendo pequeña, la protagonista enfrenta el doloroso convencimiento de que su madre no la quiere. Es su padre quien la acoge y la contiene con el abrazo y la paradoja de un canto triste: el osito de felpa de un pequeño que ha muerto tempranamente. Ante esto surge la advertencia de la abuela: “Aprovecha de ser feliz, ya habrá tiempo para tristezas…”