Señales
Este libro se nutre de experiencias muy diversas entre sí. Vivencias que surgen como señales luminosas desde un estado contemplativo de la realidad y que la palabra poética acoge. La poesía es aquí abecedario de la luz, piel y voz de los instantes.
Faros luminosos aparecen en medio de las olas, lluvias amables calman la sed, esa sed que sueña manantiales. Reconocer esas señales es lo que hace la autora. Despertar la inocencia y soñar, soñar poesía. Asombrarse con la naturaleza y su luz que no desmaya.
El devenir de los últimos sucesos en el país y en el mundo nos ha permeado a todos. Le ha dolido al país este parto sin anestesia, le duelen sus calles sangrantes que debe sobrellevar porque está pariendo una vida nueva. Una coyuntura dolorosa de la cual esta poesía no queda al margen y con su magia abre portales de luz.
Se desploman los paradigmas, el mundo duerme abrazado a la intemperie, un enemigo invisible nos amenaza, pero una fina hebra de luz atraviesa la ventana. Y nos sopla que todo está bien, que esta pausa, después de todo, es una sacudida que nos hacía falta.