Reseña

Las relaciones de Chile con sus vecinos, ocupan un espacio de preocupación permanente en diversos sectores estatales y privados de nuestro país, porque su impacto tiene consecuencias relevantes en los intereses nacionales. Generar un espacio para conversar sobre ello, condujo a la materialización del Seminario Internacional realizado por ANEPE entre el 30 septiembre y el 18 de noviembre de 2020, que fue inaugurado por el Canciller Andrés Allamand, que reunió académicos de los cuatro países que plantearon sus particulares puntos de vista desde la óptica de los Estados sobre nuestras relaciones vecinales, que siempre están acompañadas por luces y sombras que facilitan o complejizan los vínculos existentes.

Precisamente, la necesidad de mantener las mejores relaciones políticas, fluidos intercambios comerciales y relevantes niveles de cooperación en aquellos ámbitos de interés común, genera la necesidad de recoger distintas miradas sobre los aspectos que nos acercan y los tópicos que nos alejan, a partir de las desconfianzas históricas que aún persisten en el tiempo.

A través de su contenido, más allá de aspectos que podrían incomodar a unos u otros, se pueden apreciar diversas reflexiones que analizan las dificultades reales que debiesen ser abordadas y resueltas, pensando en un futuro más armónico y beneficioso para nuestras naciones. Ello invita a superar percepciones, imágenes e ideas que influencian las miradas actuales de unos y otros, cuya carga negativa afecta las expectativas que aparecen en diversas circunstancias.

Históricamente, en nuestras relaciones vecinales persiste la lógica del conflicto cuyo origen está en asuntos que no se han resuelto. Pese a todo, se ha logrado construir relaciones de cooperación beneficiosas con la Argentina y el Perú, lo cual no ha ocurrido con Bolivia más allá del libre tránsito, y que obedece a un compromiso derivado del Tratado de 1904.

La Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos invita al lector a leer esta publicación con espíritu crítico pero abierto, porque es resultado de un esfuerzo importante para incentivar el conocimiento mutuo y la comprensión del otro, a través del intento de dejar a un lado las percepciones que no cooperan a mejorar nuestras relaciones.