Reseña

Este libro testimonial empieza introduciéndonos en la infancia del autor cuando ya soñaba con hacer realidad sus ansias de volar, lo que logró concretar recién cuando ingresa a la Escuela de Aviación. Los tres años que debió soportar, 60 años atrás, para convertirse en piloto de guerra, eran de una dureza extrema en aquella época. Más tarde, cuando asumió su vida como oficial de la Fuerza Aérea, aparte de sus responsabilidades y obligaciones cotidianas propias de su grado, como piloto le tocó volar en una de las zonas más difíciles del mundo y donde se pueden encontrar los rincones más hermosos de Chile, realizando tareas principalmente de ayuda a la población civil en misiones de soberanía.
Posteriormente el autor nos relata su incorporación a la aviación comercial, donde los vuelos de cordillera hacían que la adrenalina corriera a chorros mientras la turbulencia ponía a prueba la resistencia de los maravillosos Curtiss. Como piloto de taxi aéreo, tuvo la oportunidad de dialogar con interesantes personalidades que ocuparon el asiento del copiloto. También nos relata la experiencia donde salvar una vida desde lugares remotos, era más bien algo rutinario y donde el tiempo atmosférico jugaba un rol preponderante en la seguridad de los vuelos. Junto con eso, la vida en Robinson Crusoe, las maravillas de su naturaleza, las emergencias y accidentes. La lucha de las empresas aéreas ante la intransigencia de la Dirección de Aeronáutica y el desesperado esfuerzo por salvar el Aeródromo de Los Cerrillos, cuna de la aviación comercial chilena, destruido por políticas vergonzosas.
¡Y no es ficción!