Reseña

La poesía de María Monvel (1899-1936) fue recibida con
atención elogiosa a este y al otro lado del Atlántico durante las
primeras décadas del siglo pasado. Los 37 años que duró su
vida los dedicó a escribir poemas, relatos y ensayos; a traducir
del inglés, el francés y el italiano; a editar libros y revistas, así
como a entablar un diálogo poético y humano con artistas e
intelectuales de su tiempo. Destacada por su particular forma
de urdir un verso que conjuga la madurez vital y poética de
quien ha sufrido —Mistral dixit— con la mirada asombrada
del alma niña que ve las cosas por primera vez, su obra ha
permanecido demasiado tiempo en el silencio paciente del
libro cerrado. Esta antología, que reúne poemas de todos los
poemarios publicados de Monvel, nos da la posibilidad de
volver a habitar una poesía que sabe combinar el rigor formal,
la levedad musical y la necesidad de un decir que constata la
realidad cotidiana, transfigurándola mediante la escucha atenta
a los sutiles movimientos interiores. Desde su primer libro,
Remansos del ensueño (1918) hasta sus Últimos poemas (1936),
publicados póstumamente, el camino trazado por sus textos es
el de una búsqueda que se apoya en la tradición, dialoga con
los mitos compartidos y los incorpora al universo personal.