Este otro Santiago
Los poemas en prosa de este libro muestran una ciudad que habla de lugares conocidos y también de esos otros ocultos por el anonimato y el olvido. Estos textos no levantan la palabra de una ciudad cosmopolita esplendorosa, sino que constatan las huellas del silencio, el deterioro y las ruinas. Una ciudad fantasmagórica, vista en sus intersticios, en sus momentos intermedios (la noche, el atardecer, el amanecer), una mirada que se introduce con sutileza en los ambientes de una bohemia de después de oficina donde se insinúan ciertas miserias, pero también una sensualidad que parece al borde del peligro, mediante un lenguaje erótico vigoroso, sin estridencias ni eufemismos.
Aunque habla de Santiago y de lugares reconocibles, la atmósfera de estos poemas se sienten atemporales y universales, como si describiera un mundo que siempre ha estado en todas y en ninguna parte.