Misticismo y lógica
Si la obra de Bertrand Russell, el insigne pensador inglés
laureado hace muy poco tiempo con lo máxima distinción
que en la actualidad se concede al mérito intelectual, no
hubiera alcanzado ya merecidísima difusión universal, los
diez ensayos que integran este libro, bastarían para ubicarlo
en un privilegiado rango dentro del campo de la losofía.
La losofía, ha dicho en muchas ocasiones Bertrand
Russell, ha de ser esencialmente cientíca; su problemática
arrancará siempre de las ciencias, nunca de la moral o de la
religión; todo misticismo y todo romanticismo deben
expulsarse de ella. Esclarecer en qué consiste una losofía
de esta índole, señalar hasta qué punto logra esclarecer
ciertos problemas fundamentales hasta ahora insolubles por
no haberse encarado con criterios éticamente neutrales, tal
es la principal nalidad de este libro.
Escrito en lenguaje lúcido y en la medida de lo posible
exento de tecnicismos, característico de su autor, constituye
una muestra más de la agudeza crítica, libertad espiritual y
rigor intelectual que le han valido ser considerado como
una de las grandes inteligencias del siglo XX, y de los pocos
indudablemente destinados a gurar en las historias de la
losofía que han de escribirse en el futuro.