Cóndor rebobinado
No solo la muerte y el tiempo son una cárcel. La realidad -o su percepción- también está limitada por las formas de los desenlaces más esperados. Si esto fuera así, un cóndor simplemente se estrellaría, un sapo de micros estaría borracho y no daría saltos en el tiempo, una mujer sería solo una mujer y un hombre solo un hombre, quien quiso conquistar Chiloé hubiera muerto en su propio siglo en vez de seguir atrapado entre nosotros, el limpiavidrios haría su trabajo sin inspirar a nadie, una corchetera cargada de nostalgia jamás aprendería a volar.
A través de una escritura precisa e inagotable estos cuentos buscan cortar las cadenas que los predestinan. El lenguaje será su único pero potente recurso de libertad.