Colchagua debe volver a ser región
Si existe un lugar verdaderamente huaso, campesino en nuestro país, ese es Colchagua. Con una identidad vinculada a lo rural, esta zona ha debido sufrir, estoicamente, la permanente postergación de que ha sido objeto durante las últimas cinco décadas tras su anexión a Rancagua, mediante una normativa ilegítima que no tomó en cuenta las cuestiones culturales, económicas y sociales que nos diferencian de aquella ciudad y sus territorios aledaños. Revertir esa situación no es solo una necesidad, es un deber.
Con el objetivo de iniciar con seriedad el debate y motivar la creación de una nueva región, presento a la luz pública este libro. No es una idea antojadiza: desde tiempos coloniales y hasta hace poco tiempo, nuestro territorio tuvo cierta autonomía política y administrativa, con San Fernando a la cabeza de la antigua provincia de Colchagua. Es nuestra responsabilidad como ciudadanos crear las condiciones para no solo recobrar nuestros derechos perdidos por décadas, sino que motivarnos a reactivar esta zona, volver a darle la importancia que merece y, sobre todo, incentivar su desarrollo, que naturalmente redundará en una mejor situación para todos sus habitantes, los orgullosos colchagüinos que, de cordillera a mar, palpan diariamente el centralismo de O’Higgins y la postergación de su progreso, sus metas y sus sueños.